Somos conscientes de que hay niños desafortunados en todo el mundo, especialmente en Francia, que necesitan nuestra ayuda, y que por eso las asociaciones humanitarias le solicitan a usted muy a menudo... Pero ¿por qué no hacer un pequeño esfuerzo adicional por los niños que son aún menos favorecidos, que carecen de vivienda, de alimentos, que no están escolarizados y que no reciben ninguna prestación social? Es maravilloso poder ofrecerles oportunidades concretas para que tengan éxito en la vida.
10 razones, entre otras, para apoyar a nuestra asociación:
1. El Padre John es colombiano, ha vivido en los suburbios de Medellín y Bogotá, ha luchado contra los problemas de la droga y la violencia, ha trabajado como misionero en los lugares más pobres y peligrosos.
2. Desde su nombramiento en la Diócesis de Fréjus-Toulon en 2012, no ha dejado de poner toda su pasión y entusiasmo al servicio de la Iglesia, especialmente en la atención de las necesidades de los más desafortunados, recordando de dónde viene.
3. Ha tratado de concienciar a los franceses, jóvenes y mayores, de la suerte que tienen de vivir aquí, de los privilegios de los que disfrutan, y ha tratado de darles una visión global del mundo, de concienciarles de la importancia de compartir, especialmente con los niños colombianos, venezolanos y de Oriente Medio.
4. Las familias colombianas a las que ayudamos, especialmente los niños, aprecian mucho la ayuda que reciben de Francia. Por ello, se comprometen a hacer todo lo posible para intentar encontrar trabajo y no hundirse en la dependencia.
5. En cada uno de los lugares donde ayudamos a los niños (Bogotá, Lérida), contamos con un equipo de voluntarios dirigido por la junta directiva de nuestra filial en Colombia que trabaja en coordinación directa con nuestra junta directiva aquí. Además, los voluntarios se reúnen con los niños una vez al mes, y las dos juntas (Francia y Colombia) se reúnen una vez al mes por videoconferencia.
6. Los niños a los que ayudamos son supervisados por el trabajador social in situ, y esta supervisión es validada por los directivos. Existe un compromiso por ambas partes: nuestro deseo es dar un impulso a las familias o a los niños para que nazca y se desarrolle un proyecto concreto y sostenible.
7. Concedemos especial importancia a la comunicación entre los niños y sus padrinos. No nos contentamos con prestar una ayuda económica, sino que a través de la correspondencia se crean lazos humanos, casi familiares, que dan lugar a un interés mutuo.
8. Regularmente (cada 2 o 3 años) realizamos viajes a Colombia con los miembros, padrinos o no, tanto para descubrir la riqueza paisajística y las maravillas de Colombia como sus miserias y dificultades, pero sobre todo para conocer a los niños y ver el progreso de los proyectos puestos en marcha.
9. Intentamos establecer una comunicación regular con los niños: intercambio de cartas, fotos, vídeos... También recibimos testimonios de las familias y de los niños por parte de los trabajadores sociales in situ. Gracias a ellos, podemos recibir la información necesaria, ya que las propias familias, en función de su situación geográfica y sus medios, no disponen, la mayoría de las veces, de internet, electricidad o servicio postal. Además, todos los gastos realizados en beneficio de los niños se detallan en las facturas. Nuestra contabilidad es transparente.
10. Sólo somos personas desinteresadas que hacemos todo lo posible para que los proyectos en favor de los niños tengan éxito y que el dinero recaudado se destine íntegramente a ellos.
Estamos a su disposición para responder a sus preguntas.