Cuando el Padre John llegó a Francia, se sorprendió al ver la comodidad en la que viven los escolares franceses, ya que TODOS tienen acceso a la educación, y no pudo evitar establecer un paralelismo con los niños colombianos, muchos de los cuales no tienen acceso a la escuela debido a las dificultades económicas de sus padres.
El padre John conoce esta realidad precisamente porque procede de un "punto rojo" de Bogotá. Su vocación nació de la necesidad; de hecho, no podía dejar de lamentar el hecho de que muchos de sus amigos hayan muerto o estén en la cárcel o sin esperanza debido a la FALTA DE OPORTUNIDADES para su futuro.
En efecto, debido a los conflictos armados que han golpeado a Colombia en los últimos años, muchas personas del campo han venido a refugiarse a las grandes ciudades, especialmente a Bogotá.
Aunque estén privadas de su hogar y de su trabajo y, por tanto, sin recursos, éstas personas no han podido encontrar una vivienda digna en la ciudad y han tenido que construir viviendas improvisadas en sus afueras.
Estas personas son valientes y hacen todo lo posible por encontrar "pequeños trabajos" para ayudar a sus familias a sobrevivir. Pero la escolarización de los niños es muy cara allí y es un lujo inalcanzable para los pobres. Las tasas escolares son elevadas y las familias tienen que pagar el material escolar y los uniformes obligatorios (lo que se denomina en Colombia uniforme de diario/formal y unifome de educación Fisica). La asistencia social que Francia da a sus "pobres" no existe en Colombia.